Por: Jacqueline Hurtado de Barrera
El concepto de liderazgo
El liderazgo es uno de los temas cruciales en el contexto
organizacional, y por supuesto, en el ámbito empresarial. Según Villamayor
(1998), todas las organizaciones necesitan de un conductor, y la gerencia hoy debe
cumplir con dos funciones que son enormes por su trascendencia: la primera
tiene que ver con definir la misión de las empresas, que corresponde a la función
emprendedora del gerente, y la segunda, consiste en movilizar todos los
recursos de la organización para alcanzar la misión, especialmente a las
personas, de manera que esta segunda función es la de liderazgo.
Existen diversas teorías y concepciones acerca del
liderazgo. Los teóricos iniciales se debatían entre dos tendencias básicas:
considerar el liderazgo como una cualidad innata de la persona, o como una
condición que emerge en un contexto determinado, además otorgada por los miembros
de un grupo.
Como lo señala
Expósito (2003) los primeros estudios sobre liderazgo se enfocaron en los
rasgos psicológicos que distinguían a los líderes eficaces. Entre las características que se señalaban
estaban inteligencia, voluntad, sociabilidad y condiciones de autoridad, pero
su validación a lo largo del tiempo en diversas organizaciones resultó
infructuosa. Según
Napier (1991), aun cuando en muchas investigaciones trató de determinar los
rasgos característicos de las personas que ejercen influencia en los grupos, no
se encontraron resultados consistentes.
Sin embargo en la
actualidad todavía algunos autores siguen haciendo énfasis en los atributos de
un líder efectivo, pero con una visión de las competencias futuras que se
podrían requerir. Por ejemplo, Prahalad (c.p. Villamayor,1998) considera que en el futuro, los líderes
tendrán que crear capacidades para:
· Concebir y llevar a cabo estrategias
complejas
· Manejar la vinculación entre lo público y lo
privado
· Brindar liderazgo intelectual y administrativo
· Crear un escenario competitivo y compartido
por toda la organización
· Cambiar dinámicas y aprovechar los recursos
existentes
· Desarrollar una capacidad de trabajo
globalizada (dentro y fuera de la organización)
Algunos
autores, como Napier (1991), definen al líder como la persona que tiene un alto
grado de influencia dentro del grupo, de tal manera que sus opiniones y
planteamientos pesan sobre las decisiones del grupo y sus actitudes orientan el
proceso grupal. Por su parte, Gardner (c.p. Villamayor, 1998) coincide
con Napier cuando define como "el proceso de persuasión y ejemplo por el
cual un individuo induce a un grupo a realizar una acción acorde con sus
propósitos o compartiendo los propósitos de todos".
Taxonomías del liderazgo
Con respecto a las clasificaciones del liderazgo, una de las
más convencionales, y que Expósito (2003) ubica como parte de la segunda etapa
de los estudios de liderazgo es la relacionada con las teorías del doble factor asociadas a las
teorías de las relaciones humana. Estas teorías tienen como núcleo central la
variable autoritarismo-democracia, definida como el grado de participación que
el jefe otorga a los subordinados en la búsqueda de alternativas y toma de las
decisiones. En función de ello clasifican el liderazgo en autocrático,
democrático y laissez faire. Uno de los problemas de esta clasificación es que es
unidimensional y sólo considera el nivel de participación que admite el líder.
Una segunda
clasificación mencionada por Expósito (2003), es la referida al liderazgo situacional, surgida en la
década del 60 y propuesto por Hersey y Blanchard (1969), como producto de las
dificultades encontradas en la teoría del doble-factor, y como consecuencia de
las necesidades de la época, pues los trabajadores requerían mayor nivel de
conocimientos y habilidades para manejar las nuevas tecnologías, y se hacía
imperativo incorporar conceptos como motivación y delegación de autoridad. El liderazgo
situacional, planteaba que el estilo de liderazgo dependía de la interacción de
las características del líder, las características del grupo y la situación. Se
centra en los distintos estilos que el líder asume para adaptarse a las
situaciones del entorno y obtener mejores resultados, como combinación de dos
factores: la relación y la tarea; en función de esa combinación aparecen cuatro
estilos de liderazgo: Estilo S1: Elevado énfasis en la tarea y poco
énfasis en la relación, el estilo consiste en dirigir; en este caso el líder imparte órdenes específicas y
supervisa de cerca el cumplimiento de las tareas, pero se ocupa poco de animar
y motivar. Estilo S2: elevado énfasis tanto en la tarea como en la relación,
este estilo se basa en instruir, y
el líder controla el cumplimiento de las tareas, pero además explica sus
decisiones, pide sugerencias, propicia la interacción y fomenta los progresos. Estilo S3: se
caracteriza por un elevado énfasis en la relación y poco énfasis en la tarea,
de manera que el estilo consiste en apoyar,
por lo cual comportamiento del líder de mucha. Estilo S4: en el cual hay escaso
énfasis tanto en la tarea como en la relación; el estilo es delegar. el líder da mayor libertad de
acción a los miembros de la organización.
Otra teoría que aportó una clasificación diferente del
liderazgo, y que surgió posteriormente es la teoría de liderazgo transformador,
basada en la relación entre líder y miembros de la organización (Mc Gregor,
1978; Bass, 1985). Otra
clasificación es la que mencionan Ogbonna
y Harris (2000), distinguen tres
estilos de liderazgo: participativo, liderazgo colaborativo e instrumental., y
estos estilos no son excluyentes entre sí (Pérez-López, 1991).
El estilo de
liderazgo participativo se
caracteriza porque el nivel de participación de los miembros de la organización
se basa en aportar opiniones y sugerencias para la toma de decisiones. El estilo de
liderazgo colaborativo consiste en
que el líder participa con los miembros de la organización en la ejecución de
los trabajos asignados, proporciona un trato equitativo y se preocupa del
bienestar de todos. En el estilo de liderazgo instrumental el aporte del líder consiste básicamente en explicar a
los miembros de la organización la forma de llevar a cabo las tareas y su
prioridad es que se haga un trabajo de calidad que cumpla con los estándares de
desempeño.
En los últimos años ha habido algunas ideas que se han ido
incorporando al concepto de liderazgo:
1. La
noción de que el líder necesita formarse para las tareas que debe cumplir
2. La
noción de que el liderazgo es dinámico, cambiante y flexible, por lo cual el
líder va cambiando sus modos de interactuar dentro de la organización en
función del proceso evolutivo de la misma
3. El
énfasis en que el liderazgo debe dejar de ser una labor solidaria para
converger hacia lo que se ha denominado liderazgo distribuido.
4. La
concepción del liderazgo como ejercicio combinado de varias formas de autoridad
La necesidad de
capacitación de los líderes
Uno de los autores que destaca la importancia de la
formación el líder es Villamayor (1998). Para este, un liderazgo efectivo
requiere que los líderes sean entrenados. Los líderes pueden canalizar los esfuerzos
de la organización si saben cómo y si están comprometidos para hacerlo.
El liderazgo como
condición dinámica y multifactorial
En la actualidad se reconoce que el liderazgo no depende de
un único factor y que además se manifiesta de múltiples maneras. La apertura de
un grupo para aceptar los intentos de influencia por parte de un líder depende
de (Hurtado, 2006):
a. Las características de los miembros de la organización.
Si los miembros de la organización están enfrascados en luchas de poder y
tienen conflictos no resueltos, son más cerrados a aceptar los intentos de
influencia, con lo que el líder tendrá mucha más dificultad para ejercer sus
funciones.
b. El nivel evolutivo
del grupo: Hay momentos evolutivos en los que el grupo es más abierto a
aceptar influencias y a aceptar los intentos de ejercer autoridad por parte de
sus líderes. Cuando los grupos están en sus etapas iniciales, por lo general
están más dispuestos a aceptar la autoridad. Un empleado que se inicia en la
organización es más abierto que un empleado con mucha experiencia y antigüedad,
frente a un líder que acaba de llegar.
c. La cosmovisión del
grupo: Su modo de concebir la vida, las relaciones, y su filosofía. Algunos
grupos asignan demandan más participación que otros, o so más respetuosos de la
autoridad que otros.
d. La confianza del grupo
en quien intenta dirigir: A medida que el grupo ha depositado más confianza
en sus miembros, será más abierto a aceptar los intentos de influencia por
parte de éstos.
e. La intensidad de
la necesidad que confronta el grupo: A medida que la necesidad es más
urgente, el grupo acepta más fácilmente los intentos de influencia, incluso de
personas de quienes en otras condiciones no aceptarían sugerencias, siempre y
cuando esas personas sean percibidas como poseedoras de los recursos, el
conocimiento o las habilidades que el grupo requiere en ese momento para
superar la situación difícil o la crisis.
f. Las situaciones o
circunstancias que rodean al grupo: Según el contexto y la situación del grupo se generarán necesidades diferentes.
Las personas que puedan responder adecuadamente a estas necesidades tendrán más
oportunidad de ejercer autoridad. Según este planteamiento, todas las personas
son potencialmente susceptibles de ejercer autoridad. Este es un principio que
ha asumido la teoría de liderazgo distribuido.
La concepción del
liderazgo como ejercicio combinado de varias formas de autoridad
Una
forma más reciente de comprender el liderazgo se basa en las formas de
autoridad. En este caso el liderazgo es visto como la manifestación y varias
formas de autoridad, y la clasificación se basa, no sólo en el tipo de
relación, sino en la fuente que le otorga autoridad al líder (Hurtado, 2006).
Autoridad basada en el poder: Se caracteriza porque quien la
ejerce tiene la posibilidad real de beneficiar o perjudicar a las personas
sobre quienes tiene poder. En muchos casos se sustenta en la ocupación de un
cargo o nombramiento que otorga competencias o poderes especiales, o en la
superioridad física o económica. Se vale de mecanismos de fuerza o de presión
(Hurtado, 2006). En sus planteamientos relacionados con el liderazgo y la
influencia en el grupo, Yulk y Tracey (1992) han mencionado algunas estrategias
de influencia entre las que se encuentran la estrategia "halagadora",
la estrategia "negociadora", la estrategia "coercitiva" y
la "confederativa"; estas estrategias, tal como las describen Yulk y
Tracey, corresponden a la autoridad por poder.
Autoridad basada en el conocimiento: Es ejercida por aquellas
personas que poseen amplios conocimientos en ciertos temas o contenidos, los
cuales pueden resultar beneficiosos para el logro de los objetivos del grupo y
para su crecimiento. Tiene que ver con el aporte de ideas, conceptos, razonamientos,
ofrecer hechos, proporcionar información pertinente, interpretar una situación,
expresar opiniones, definir y aclarar
términos, compartir reflexiones y análisis, resumir las ideas del grupo.
Autoridad basada en la experiencia: Surge cuando una persona es
experta en ciertas áreas, ha vivido
variadas situaciones y sabe cómo superar satisfactoriamente las dificultades
relacionadas con dichas situaciones. En este caso, la persona puede hablar con
propiedad al grupo, sugerir y recomendar acertadamente, logrando así un grado
de autoridad; quien ejerce la autoridad de esta manera cuenta experiencias,
pone ejemplos, orienta sobre qué hacer en una situación
Autoridad basada en la referencia: Se basa en la identificación de
una persona con otra. Esta identificación en ocasiones está a niveles de
conciencia profundos, y quien la experimenta no se da cuenta de ella. La
identificación por lo general propicia el surgimiento de colaboración y
actitudes positivas, a diferencia de la
autoridad basada en el poder (Hurtado, 2006).
En el ámbito de las teorías administrativas, fue el Modelo de Procesos
Internos quien se ocupó de describir este estilo de autoridad. Dentro de este
modelo los gerentes son concebidos como procesadores de información (Pietri y
Ruíz, 1994).
Autoridad basada en el afecto o filiación: Cuando una persona manifiesta
afecto hacia el resto de los miembros del grupo y proporciona manifestaciones
frecuentes de cariño, éstos se sienten atraídos hacia ella. Quien ejerce
autoridad a través del afecto suele ser amistoso, accesible y cordial con los
demás, expresa sus sentimientos y escucha los sentimientos del grupo, es
solidario, intenta reducir la tensión por medio de bromas y es capaz de dar un
toque de humor en una situación difícil y facilita la comunicación y la
exploración de sentimientos en las situaciones de desacuerdo. Quinn (1988) señala que un gerente con este
estilo de autoridad basará sus acciones directivas en la preocupación hacia los
demás y en el deseo de prestar apoyo.
Autoridad basada en la persuasión: Surge cuando un miembro del
grupo es capaz de percibir e identificar las necesidades y motivaciones de los
miembros e impulsa al grupo al logro de sus objetivos apelando a valores e
ideales importantes para los integrantes del grupo (Hurtado, 2006). Esta manera
de ejercer autoridad involucra aspectos comunes con lo que Yulk y Tracey (1992)
en sus planteamientos han denominado estrategia "inspiradora" y
estrategia "participativa".
Autoridad moral: La autoridad moral se basa en
la solidez ética y en la congruencia de
quien ejerce la autoridad. Cuando un miembro es congruente, lo que dice, lo que
hace y lo que piensa apuntan en la misma dirección, y cuando es consecuente con
sus planteamientos y sus compromisos, tiene autoridad moral. Una figura de autoridad que es consecuente en
la integralidad de su vida, conquista la admiración de los miembros del grupo y
arrastra seguidores (Hurtado, 2006).
Aplicación del liderazgo en las organizaciones
públicas y privadas
En el caso de las
organizaciones públicas, el tema del liderazgo ha ido cobrando cada vez más
importancia
En una
investigación realizada por Pedraja y Rodríguez (2004), en 10 instituciones
públicas de Tarapacá en Chile, se encontró que había una correlación positiva entre
eficacia y liderazgo participativo y liderazgo colaborativo, es decir, que en
el caso de las organizaciones públicas, el hecho de que el líder valore las
opiniones de los trabajadores y los apoye en sus tareas contribuye a mejorar la
eficacia.
Referencias
Expósito, Ingrid. (2003). Liderazgo y evolución del papel del líder en
la empresa. En: http://www.gestiopolis.com/liderazgo-evolucion-papel-lider-empresa
Hersey, P y
Blanchard, K. (1969). “Life-cycle theory of leadership”. Training
and Development Journal. N°
23.
Hurtado de Barrera, Jacqueline. (2006). Procesos grupales y psicología de la integración. Caracas:
Ediciones Quirón-Sypal
Napier, R. y M.
Gershenfeld. (1981) Grupos, Teoría y Experiencia. México, Editorial Trillas.
Ogbonna y
Harris. (2000). “Leadership style, organizational culture and performance:
Empirical evidence from U.K. companies”. International
Journal of Human Resource Management, Vol.11 Nº4, pp.766-788, 2000.
Pedraja, L. y Rodríguez, E. (2004). “Efectos del estilo de liderazgo sobre la eficacia de las organizaciones
públicas”. Revista Facultad de Ingeniería,
Vol. 12 Nº 2, pp. 63-73. Chile: U.T.A.
Pérez-López, J. A.
(1991). Teoría de la acción humana en las
organizaciones. Madrid: Rialph.
Quinn. (1988). Beyond Rational Management. San
Francisco, USA. Editorial Jossy Bass.
Villamayor,
Esteban. (1998). “Camino hacia un nuevo liderazgo”. IV Reunión sobre
administración de recursos humanos de banca. Santo Domingo.
Yulk, G. y Tracey, J. (1992). "Consequences
of influence tactics used with subordinates, peers, and the boss". Journal of Applied Psychology, 77 (4), 525 -
535.
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